ENCARGO
Cuando yo muera dadme la muerte que me falta
y no me recordéis.
No repitáis mi nombre hasta que el aire sea
transparente otra vez.
No erijáis monumentos que el espacio que tú ves
entero lo devuelvo a su dueño y señor
para que advenga el otro, el esperado
y resplandezca el signo del favor.
Rosario Castellanos