ENIGMA
Empezó en los infiernos; en el cielo
Se oyó poco después,
Y a un tiempo se abrigó dentro del seno
De Dios y Lucifer.
El paraíso la alojó. En la tierra
¡Oh Dios! quedó por ti;
Y ministra de unión, a cada instante
La invoca el hombre aquí.
Si en el iris de alianza una y dos veces
Dulcísima vibró,
Escarneciendo a Cristo una y dos veces
Terrible apareció.
Y hoy en su escarnio convertido en gloria
Brilla con doble luz;
Y unida a la serpiente, acepta blanda
Nuestra solicitud.
Por ella empieza la ilusión, y es ella
Centro del fin también;
Y el mortal mismo que le debe tanto,
Pone punto a ese bien.
No la busques muy lejos, lector caro,
Que está en ti y está en mí,
Como está en Dios, y en cielo, y aire, y tierra,
Y diablo, y serafín.
Con ella ocurre lo que tantas veces
Con la felicidad:
La oyes, la ves, la palpas, la realizas,
Y la dejas pasar.
Rafael Pombo