«ERES MUY JOVEN PARA SUFRIR»
(Una señorita me dijo esa expresión y le contesté con estas octavas).
No porque nuevo y delicado sea
El erguido rosal que ayer plantaron,
Bajo sus hojas de brotar dejaron
Las espinas que cercan el botón;
Blandas son pero agudas, y la mano
Que su tallo galán toque atrevida,
El roto dardo llevará en la herida
Para ahogar otra vez la tentación.
No porque abrigue un corazón de joven
Que venturoso, ¡cándida! imaginas.
Dejan de herirle pérfidas espinas
Que mi sonrisa impregnan de dolor.
Pero también son blandas, y un destello
Que me regale el sol de la esperanza,
Mi absorta frente a levantar alcanza
Distrayendo mi angustia engañador.
¡Oh! para mí, bien puede el sufrimiento
Desazonar la copa de la vida,
Y esa luz eclipsar que nos convida
A otra soñada, espléndida región:
Que una gota de amor, sólo una gota,
Que tu labio me endulce, vida mía,
Hace que te bendiga en mi agonía
Desahogando un momento el corazón.
Bogotá, octubre 18: 1852.
Rafael Pombo