AYER Y HOY
Tú que conmigo retozabas tierna,
Cuando me ves te ruborizas hoy:
Dejé una niña, y encontré una reina;
Era tu amigo, tu vasallo soy.
Mi mano ayer te acariciaba niña,
Y en mis rodillas te sentaba yo,
Y sólo hallabas en mis labios risas
Y un beso al verte y al decirte adiós.
Tiembla hoy mi mano al estrechar tu mano,
Calla hoy mi voz al percibir tu voz,
Y al verte, absorto, deslumbrado, extático,
Pienso que es sueño o el ayer o el hoy,
¡Vuélveme, oh virgen, del ayer mis risas;
Vuélveme un beso de mis besos mil:
Hoy no me niegues la infantil caricia
Que ayer mil veces provoqué feliz!
Somos los mismos, unos mismos sean
En mí el cariño, la inocencia en ti:
No olvides hoy entre tu pompa, ¡oh reina!
Que fuiste ayer mi blando serafín.
Bogotá, marzo 18: 1854.
Rafael Pombo