EN EL ÁLBUM DE ANITA PHELPS
Para querer la pura y virgen rosa,
Tocar no es fuerza la corola hermosa
Ni respirar el inocente olor.
Bástame, Anita, para ser tu amigo
Haberte visto, porque están contigo
El cariño y amparo del Señor.
Y antes de verte y admirarte, Anita,
Ya, sábelo, eras para mí bendita.
Porque en tu nombre hay magia para mí:
Ese es el nombre de mi madre, y ella...
Oh, no hay mujer más ángel ni más bella;
Perdona pues si amo su nombre en ti.
Nueva York, febrero 20: 1856.
Rafael Pombo