A BERTA
Ya que eres grata como el cariño
ya que eres bella como el querub,
ya que eres blanca como el armiño,
sé siempre ingenua, sé siempre tú.
El torpe engaño que el vicio fragua
nunca se aviene con la virtud.
Sé transparente como es el agua,
como es el aire, como es la luz.
Que tu palabra —dulce armonía
que tu alma exhala como un laúd,
como una alondra que anuncia el día
presa en la sombra que flota aún—
sea un arroyo sereno y puro
do al inclinarme como un saúz
mire las guijas del fondo oscuro
y las estrellas del cielo azul.
1883-1884
Salvador Díaz Mirón