EL PANTANO
En la profundidad del pantano, atardece
la luz como en un pozo de taciturno hastío.
Penumbra de cavernas cuajó su poderío
y un hálito en sus ondas pesadas desfallece.
Al crepúsculo, un pájaro luminoso florece
sobre las aguas muertas del légamo sombrío,
y con la soledad de todo lo tardío,
la entraña del inmóvil pantano se estremece.
Humildad de campánulas emociona su orilla
con una flor azul de corola sencilla,
como la gracia leve de un corazón liviano.
Y entre la azul campánula y el trino que florece,
levántase la vida recóndita, y parece
que se dulcificara la angustia del pantano.
Germán Pardo García