A UNA CASA DE CAMPO DONDE ESTABA UNA DAMA A QUIEN CELEBRABA
Si ya la vista, de llorar cansada,
De cosa puede prometer certeza,
Bellísima es aquella fortaleza
Y generosamente edificada.
Palacio es de mi bella celebrada,
Templo de Amor, alcázar de nobleza,
Nido del Fénix de mayor belleza
Que bate en nuestra edad pluma dorada.
Muro que sojuzgáis el verde llano,
Torres que defendéis el noble muro,
Almenas que a las torres sois corona,
Cuando de vuestro dueño soberano
Merezcáis ver la celestial persona,
Representadle mi destierro duro.
Luis de Góngora y Argote, 1594