A UNA DAMA VESTIDA DE LEONADO
Del color noble que a la piel vellosa
De aquel animal dio naturaleza
Que de corona ciñe su cabeza,
Rey de las otras, fiera generosa,
Vestida vi a la bella desdeñosa,
Tal, que juzgué, no viendo su belleza
(Según decía el color con su fiereza),
Que la engendró la Libia ponzoñosa;
Mas viéndola, que Alcides muy ufano
Por ella en tales paños bien podía
Mentir su natural, seguir su antojo,
Cual ya en Lidia torció con torpe mano
El huso, y presumir que se vestía
Del nemeo león el gran despojo.
Luis de Góngora y Argote, 1584