MIENTRAS TÚ ESTÁS DESPIERTA
Mientras tú estás despierta
tu alma duerme,
y se despierta tu alma
cuando te duermes.
Duerme, pues, vida mía,
—el sueño es leve—,
duerme, y tu alma en tanto
que se despierte.
A través de tus párpados
cuando te duermes,
veo cómo tus ojos
otra luz prenden.
A través de tu pecho,
cuando él se aduerme,
mi corazón al tuyo
volar le siente.
Con mis brazos por cuna
confía y duérmete,
que quiero ver tu alma
blanca cual nieve.
Duerme, duerme en mis brazos
que te defienden;
dame, dame tu alma
que me protege.
Mientras tú estás despierta
tu alma duerme,
y se despierta tu alma
cuando te duermes.
¡Duerme!
Miguel de Unamuno