EN BLANCO Y NEGRO
Si tan sólo fuera fácil
volver la vista atrás
y no hallar entre las sombras
aquel aroma a piel mojada
por quien caer
fue un placer
más que una tragedia.
Si logramos
estrellar nuestras materias
y fundirlas melacientes
en una danza etérea y arcana
de ojos cerrados
y gritos ahogándose
entre fauces sedientas
de blasfemia y tortura,
¿Cómo podré yo?
hombre de poca fe,
volver la vista atrás
y verla también sumergida
en la finitud desquiciante
que me rodea esta noche;
si estoy sólo,
si está lejos,
si es feliz....
y su felicidad me enferma.
César Aching Samatelo