ANOCHE SOÑÉ QUE NO EXISTÍA
Anoche soñé que no existía
y que en ese segundo todo fue perfecto;
ninguna lágrima en tu mejilla,
ningún relieve en tu ceño.
Te vi feliz, mujer,
cuando soñé que no existía.
vi que tu sonrisa se rompía
en un concierto de pétalos y manantiales,
toda ilusión... toda esperanza.
Casi pude respirar de tu calma,
casi pude escuchar la música
escondida en tu andar latino,
no había nube oscureciendo tus pasos
ni pasos perdiéndose en la mar
Te vi actuando por ti misma
mirando siempre hacia adelante
sin mantos de tristeza ni remordimiento,
sin mi pesimismo apedreando tu ventana.
toda fuerza ... toda aliento.
Anoche soñé que no existía...
y tuve ganas de estar muerto.
César Aching Samatelo