LA TRISTEZA DE BASHO
Hago saltar las piedras una a una
sobre la luna muerta del estanque,
piedras sobre las sílabas de un haiku
memorable de Basho. Es la congoja
de muchísimos siglos, año a año,
piedra a piedra construida.
Lanzo tres piedras:
Saltan dos veces cinco.
Una vez, siete.
Ellas marcan el ritmo azul de una noche hueca
sobre la superficie de mi extraña tristeza.
Daniel García Florindo