MADISON AVENUE
Mientras el frío penetra en las almas,
bajo la luna de Harlem
muere alguien que apesta a whisky
y a orines agrios. Cerca del Madison
bajo la escarcha ha dejado su cuerpo
tieso y entumecido.
La noche anticipa sus heladas manos
a los deshabitados hombres
que desean morir. Y la ciudad ilumina
su Navidad con luces blancas en las avenidas
de Manhattan. Allí es posible
patinar en el hielo.
Sobre su propia podredumbre
ha vomitado su pasado y su desdicha.
Un minuto antes recordaría su último
partido ganado —su mejor hockey—
como entrenador de los Losers.
Daniel García Florindo