A UN PAISAJE...
¡Qué hermosas las montañas dueñas de la arboleda!
Dueñas de los suspiros del vientecillo leve
Que parece que bruñe con caricias de seda,
Sus majestuosas cumbres coronadas de nieve...
Bellas son, con la bruma como espesa humareda
Que las limpia y perfuma para que se renueven.
Y hace brillar sus flores vistas por la vereda
Alegres cuando hay cielo, llorosas cuando llueve...
Antes que mi alma enferma se duerma o se consuma
Dejadme que su néctar y su fragancia abreve.
Y beba sus chorrillos que irán sobre la espuma
A exhalar su suspiro melancólico y breve.
Y después, sumergidos en el hastío que abruma
Contemplasen mis ojos como al vacío se mueve
Escribiendo unos versos que hablen de ti, mi pluma.
De tus fuentes, tus flores, tu suspiro y tu bruma,
De tus vientos, tu brisa, tu perfume y tu nieve...
Faustino Calixto Tapia