A RENÉ CHAR
Aturdido por los imanes del tiempo
Deseó una rosa
Como una impronta del fuego
Ligada al soplo que fue,
Un tallo de cadenas impías
Alterando incluso, la benevolencia de la muerte.
Dijo textualmente:
«... quienes miran sufrir al león en su jaula
se pudren en la memoria del león...»
a perpetuidad, agregaría.
Quedé atrapado por el aguijón
De tanta belleza insospechada
Intuí el refugio desde donde el pétalo estallaba
Y en los aromas del perfume indolente
Enmudecido ante el rosario de espinas tan arteras,
Toda mi vida se convirtió en un semblante
Que persiguió la fiebre.
El relámpago no tiene cura
Nunca en un cántaro por romperse,
Quienes ven la lluvia en su manto de neblina
Quedan exhaustos por la minuciosa agonía que provoca
cada mañana, con desmesurada e infinita poesía.
Hugo Nicolás Taglia