ANOCHE
Anoche...
noche cálida de verano,
mire a la luna
para encontrar tu mirada.
Ella me confesó turbada,
que tú,
otra mirada amabas.
Aparté mi mirada
cobijé mi alma
me refugié en la nada.
Y despacio, muy despacio,
pronuncié tu nombre
me despedí de ti.
He guardado mi alma,
la he guardado de ti,
y en caja plateada
he cerrado mis sueños.
Ya no habrán
duendes ni estrellas,
ya no habrán
más noches bellas,
ni cantos de sirenas,
ni bellos poemas.
Sólo recuerdos
anidados en el alma,
llenos de emoción
y un poco de esperanza.
Isabel Miralles