En el brocal del pozo mi alma se columpia;
puede ser que algún viento, inesperado, oscuro,
la empuje fatalmente hacia el fondo sin fondo;
puede ser que la vida pierda pie y se derrumbe;
puede ser que mantenga su equilibrio inestable
y que siga siguiendo funambulescamente.
Es vivir, columpiarse. Estar siempre al caer,
Es pasar cada día dudando del mañana.
Es la vida, la vida, que en brocal del pozo,
se resiste a apostar su equipaje seguro.
En las puertas del alma, mi pozo se desborda.
Juan Andivia
Incluido en Albadá, Salobreña, 2006