DE LA MANO
Tú y yo, de la mano.
En la noche, cansados.
(Hace frío).
Luchamos, de la mano,
sudorosos, constantes;
de la mano obcecados,
insistimos
contra el abatimiento
y la existencia.
Sólo esto es la vida.
De la mano vemos pasar el tiempo,
de la mano nos quedamos dormidos,
de la mano rezamos,
recorremos pasados,
soñamos un futuro
—cualquiera—
de la mano.
Volvemos, agarramos el viento,
un beso santifica nuestros dedos,
trabajo y ocio, paz, miradas fugitivas.
Nos miramos, obtusos,
desde nuestra insolencia de amantes encontrados.
Y de la mano, ya, de la mano al instante,
hemos vencido todas las miserias;
hemos ganado todos los triunfos;
hemos logrado todas las venturas...
De la mano, de la mano.
De la mano fundidos
y palpita al segundo, perfección obtenida,
la ESPERANZA.
Juan Andivia
Incluido en Barajando silencios. Celacanto, Huelva, 1982