DON FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS
Puede Quevedo —polvo enamorado—
alumbrar con su llama el agua fría,
puede Quevedo oscurecer el día
y hacer del sol eclipse desolado.
Quevedo, de sus horas desterrado,
alienta envuelto en su melancolía.
Quevedo está presente todavía
y es un es y un será siempre cansado.
Mas quién pudiera habernos dicho tanto
como él dijera en su palabra viva,
quién pudiera decir tanto del llanto,
y del amor y de la amada esquiva,
quién pudiera escribir como él escribe
de una vida que es muerte que se vive.
Manuel Parra Pozuelo
Incluido en Mi voz en otros cantos. Depósito legal TE-134/94.I.S.B.N.84-8822O-05-7