OBERTURA AMANECERES
La mañana duerme tranquila
porque sabe despertar
con los pinceles del alba.
Sonidos, ajetreo...
La mañana corre insaciable
devorando toda calma,
estudia, trabaja,
sin pensar nunca en descanso,
pero cuando llega de amor
con velo de luces filtradas entre nubes
y lluvia de pétalos sedientos,
¡ay mañana!, ¿a dónde vas?,
cenicienta a mediodía.
La mañana se cobija satisfecha
confiada en su despertar
de nueva aurora: esperanza.
Ciudad de La Habana, Cuba
Jorge Bousoño González